3.1.
Criterios de organización del Juego.
Como
síntesis de lo presentado hasta aquí, queremos destacar que para que el juego sea posible en el jardín de infantes y al mismo tiempo resulte una actividad placentera para niños y adultos, el docente debería tener en cuenta los criterios que se describen a
continuación:
3.2.
Orientaciones didácticas según los tipos de Juego.
A continuación, queremos hacer hincapié en un tema no menor como es la intervención didáctica y la intencionalidad del docente durante el desarrollo de cada propuesta de juego en el Jardín de infantes.
Coincidimos que no es posible emitir juicios de valor sobre los productos del juego o
sobre la forma de jugar de los niños ya que, la única finalidad para ellos, será el disfrute y el placer. Teniendo en cuenta dicha observación, estamos en condiciones de analizar un tema que se relaciona con el anterior y es aquel que, apunta a la tarea y a la intervención del docente, a la hora de evaluar el juego en el ámbito escolar.
En este sentido, es esperable que el docente lleve a cabo, un registro sistemático de las observaciones de sus alumnos, durante las propuestas ludicas, a los fines de evaluar:
En este sentido, es esperable que el docente lleve a cabo, un registro sistemático de las observaciones de sus alumnos, durante las propuestas ludicas, a los fines de evaluar:
- El desarrollo de la creatividad y la imaginación.
- La integración al grupo de pares.
- La asunción de roles y variación de los mismos.
- La variación en la elección de juegos.
- La aceptación y construcción de normas, pautas y límites,
- La posibilidad de resolución y elaboración de conflictos.
- El interés por el conocimiento del mundo social.
- La expresión de necesidades, sentimientos, y emociones.
- La actitud solidaria y posibilidad para pedir ayuda.
En relación a las ideas que venimos desarrollando, una intervención apropiada del docente será aquella en la que pueda “observar para comprender y poder orientar para sugerir".
Esto le permitirá al docente, no solo interpretar la secuencia de las acciones que lleva a cabo, sino también, estimular, sugerir y acompañar el desarrollo del juego. En ésta dirección, cuando el docente no es parte del grupo de "jugadores", conviene intervenir en el caso en que surjan conflictos entre los niños, allí sera adecuada la intervención del adulto para dar una opinión, acercar un material, mejorar el espacio, etc.
Cuando se
observan dificultades, es aconsejable iniciar a los niños en modos de resolución de conflictos, en
ocasiones, conviene esperar al momento final del juego, cuando entre todos se pueda
conversar sobre lo realizado. Es allí, donde se puede recuperar lo observado y pedir a los niños que cuenten cómo jugaron, explicar lo sucedido y
decidir si el juego será modificado en el grupo. De este modo, la posibilidad de observar varias veces las alternativas de resolución del juego, le permite al docente comprender los aprendizajes que el niño va construyendo cada vez que puede jugar y repetir el juego con sus pares en el ámbito escolar y en su vida cotidiana.
3.3.
Importancia de la evaluación del juego en el Jardín de Infantes.
En este
sentido, podemos afirmar que la principal forma de intervención es la
observación, aunque no la única. Observar supone “interesarse en” para comprender lo que sucede mientras transcurre el juego. Motivo por el cual la observación y el registro se convertirán en aspectos claves que habrá que considerar en la práctica.
En el
momento lúdico, coincidimos que todo niño expresa sus emociones, sentimientos, miedos, alegrías y además afianza su socialización. También ayuda al niño a descubrir y favorecer el desarrollo de su cuerpo y a conocer el ambiente social y natural del cual forma parte. Como así también, estimula su vocabulario y su pensamiento creativo para resolver situaciones no previstas; en tanto el juego podemos decir, permite al niño
elaborar situaciones complejas, reduciendo el conflicto.
En este
sentido, el juego supone alegría, risa y una cuota de humor frente al propio
desempeño. A veces se gana y otras se pierde. Algunos intentos resultan
adecuados de entrada. En otros hay que volverlo a intentar rodeando o buscando
una alternativa diferente y aún rompiendo reglas. Muchas veces el resultado
queda en manos del azar y son vanos los intentos por modificarlos. En otros la
destreza y la habilidad en el juego se adquieren después de jugar varias veces
a lo mismo. Algunos juegos, como los tradicionales, se juegan siempre.
Retomando la
observación a la que hacíamos referencia en el módulo 2, resulta clave hacer un registro sistemático de los juegos que los niños realizan para atender los temas que en ellos aparecen, la información que
evidencian tener de aquello a lo que juegan y lo que necesita conocer para
seguir jugando. Esto le permitirá al docente proyectar y proponer nuevas actividades y organizar el uso del espacio para que los
niños puedan explorar, animarse y equivocarse, sin ser criticado
ni juzgado. Esta situación concreta apunta a la posibilidad de dotar sentido al comportamiento del niño, motivo por el cual, adherimos al pensamiento que sostiene Daniel Calmels, cuando dice...
Las líneas
desarrolladas hasta aquí, permitirá volver a pensar las propuestas de juego que
se enseñan en el contexto escolar, para enriquecerlas y mejorarlas y de ésta manera, planificar teniendo en cuenta, los criterios de organización del juego en sus distintos formatos. Pareciera ser un camino interesante el que venimos transitando, a los fines de pensar y analizar el juego como contenido de enseñanza en el
Jardín de Infantes.
Iniciamos el trayecto final de lectura y reflexión de la práctica, lo invitamos
a realizar las actividades de la LECCIÓN 3, cuya puntuación total es de
50. En caso de obtener un puntaje menor a 30, deberá rehacer las actividades
con asesoría del docente tutor. Vuelva a inicio (mes julio) allí encontrará el icono EVALUACIÓN FINAL Y AUTO-EVALUACIÓN, correspondiente
al diseño del Proyecto que Ud. deberá presentar al finalizar el Curso y responder la encuesta
de auto evaluación.
3.4. Para seguir pensando el estatus
del Juego…
El
trayecto del Curso, nos permite señalar que el Nivel de educación Inicial debe enriquecer, diversificar y ampliar el repertorio de juego de los niños, como actividad compartida y relacionada a sus posibles combinaciones y desafíos.
Vale afirmar entonces que, en cada sala el docente deberá diseñar proyectos y secuencias didácticas donde aparezca el juego como eje central; ya que las mismas apuntan al desarrollo de la capacidad representativa, la imaginación y el pensamiento del niño desde el primer Ciclo escolar.
Vale afirmar entonces que, en cada sala el docente deberá diseñar proyectos y secuencias didácticas donde aparezca el juego como eje central; ya que las mismas apuntan al desarrollo de la capacidad representativa, la imaginación y el pensamiento del niño desde el primer Ciclo escolar.
Como afirmamos
con antelación, las propuestas de juego tienen características diferentes en
cada sala, en relación con la experiencia de juego de maestros y niños, los
materiales disponibles, el tiempo y el espacio para jugar, el lugar del juego
en la planificación institucional y el diseño curricular en cada jurisdicción. Entonces, podríamos preguntarnos:¿Qué significa para el docente
presentar juegos por los que el niño y él mismo se apasionen? ¿Cómo son esos
juegos? ¿Cómo puede el educador comprometer la risa y el “volver a empezar” en
las actividades que diseña cuando observa que la respuesta es diferente a la
pensada? ¿Cuál es el sentido que tiene jugar en el Jardín de Infantes?
Algunos
especialistas en Juego infantil, hacen referencia y proponen que el educador vuelva a conectarse con el recuerdo de sus experiencias de juego en su infancia. Otros, señalan la necesidad de dotar a toda la
enseñanza de un tinte lúdico en la práctica, como así también, recuperar la curiosidad, el humor, la capacidad de elección y
el uso de la imaginación.Quizás una
pista podamos encontrarla en el hecho de permitirnos usar al juego desde las
múltiples formas que son posibles en el Nivel Inicial: como recurso, como
método para enseñar, como expresión libre, como posibilidad de canalizar
conflictos y como contenido de enseñanza.
En éste camino, así como es importante disponer de cuentos, canciones y materiales diversos para dibujar, pintar y modelar; también se necesita disponer de un repertorio de juegos. Motivo por el cual, asumir la centralidad del juego en las prácticas de enseñanza del nivel supone reconocer al juego como un contenido de alto valor para el desarrollo cognitivo y al mismo tiempo supone reconocer al juego como estrategia privilegiada para enseñar otros contenidos curriculares.
Todo lo dicho hasta aquí nos conduce a resignificar el lugar del juego en el ámbito escolar y adentrarse en él con propuestas pedagógicas que permitan la construcción de conocimientos significativos que asegure la trayectoria escolar del niño en el Jardín de Infantes. En esta dirección, también consideramos importante la evaluación de las prácticas educativas en el marco de la normativa vigente y en relación a los propósitos para el nivel de educación inicial.
En éste camino, así como es importante disponer de cuentos, canciones y materiales diversos para dibujar, pintar y modelar; también se necesita disponer de un repertorio de juegos. Motivo por el cual, asumir la centralidad del juego en las prácticas de enseñanza del nivel supone reconocer al juego como un contenido de alto valor para el desarrollo cognitivo y al mismo tiempo supone reconocer al juego como estrategia privilegiada para enseñar otros contenidos curriculares.
Todo lo dicho hasta aquí nos conduce a resignificar el lugar del juego en el ámbito escolar y adentrarse en él con propuestas pedagógicas que permitan la construcción de conocimientos significativos que asegure la trayectoria escolar del niño en el Jardín de Infantes. En esta dirección, también consideramos importante la evaluación de las prácticas educativas en el marco de la normativa vigente y en relación a los propósitos para el nivel de educación inicial.
Sintetizando
las ideas presentadas, queremos destacar algunas ideas centrales:
- Reconocer la importancia del juego en el Nivel Inicial como un momento fundamental e irreemplazable en la tarea del Jardín de Infantes.
- Reflexionar sobre la disponibilidad lúdica del docente en las tareas con los niños.
- Lograr la apertura a nuevas propuestas que combine el juego en sus diferentes formatos, como instancias necesarias y complementarias en la enseñanza.
- Repensar las prácticas del juego develando los supuestos sobre qué y cómo enseñar y aprender.
- Pensar los diferentes formatos de juego y posibilitar su inclusión en el diseño de Unidades Didácticas, Proyectos, Secuencias e Itinerarios.
- Reflexionar acerca del juego como un derecho del niño y responsabilidad del docente para garantizar su enseñanza en el Nivel de Educación Inicial.
Transitando el trayecto final del curso, queremos retomar la centralidad del niño como sujeto de derecho a una educación de calidad, en ésta dirección, planteamos el desafío de asumir la responsabilidad del rol docente al iniciar procesos de reflexión - acción de la práctica en contextos colaborativos.Vale preguntarnos en el planteo de las lineas desarrolladas hasta aquí, cómo crear propuestas innovadoras que habiliten pensar en éste sentido.
Estamos convencidos que será a través de la posibilidad de abrir espacios para repensar las prácticas educativas instaladas, revisar los estereotipos, la reflexión critica, recuperando marcos teóricos que encuadran las decisiones didácticas, revisar los supuestos, buscando otras opciones, planteando nuevos acuerdos institucionales, reencontrándonos con nuestro rol de educadores desde la ética para imprimir fundamentos a nuestras acciones como profesionales de la educación.
Estamos convencidos que será a través de la posibilidad de abrir espacios para repensar las prácticas educativas instaladas, revisar los estereotipos, la reflexión critica, recuperando marcos teóricos que encuadran las decisiones didácticas, revisar los supuestos, buscando otras opciones, planteando nuevos acuerdos institucionales, reencontrándonos con nuestro rol de educadores desde la ética para imprimir fundamentos a nuestras acciones como profesionales de la educación.
Si coincidimos al afirmar que, los
niños no son iguales, no aprenden de la misma manera, no evolucionan al mismo tiempo, no pueden ni necesitan alcanzar necesariamente las mismas metas
en todos los campos curriculares. Podemos señalar que en el contexto actual, resulta impensable el rol del educador sin
un conocimiento previo de las necesidades e intereses de sus alumnos, sin herramientas para atender la diversidad y entablar lazos de comunicación y confianza en la relación Jardín-familia.
Porque la tarea
de los educadores, hoy se complejiza, las rutinas y los rituales en el ámbito escolar, tendrían que dar lugar al despliegue de estrategias creativas y más conectadas con las posibilidades reales
y activas de la primera infancia. Al respecto, Juan
Carlos Tedesco sostiene que la adopción de políticas que aborden el desafío de
la calidad educativa debería tener algunos requisitos en relación con la docencia.
Uno de ellos, tiene que ver precisamente con el hecho de contar con herramientas que rompan la rutina y la mecanización de
las prácticas de cuidado y educación de niños pequeños.
Esto conlleva a que los docentes del sistema educativo, en todos sus niveles y modalidades de la Pcia de Bs As, se impliquen en procesos de reflexión, exploren experiencias de narrativas pedagógicas y conformen equipos de trabajo, a través del asesoramiento continuo y participen en espacios de capacitación y perfeccionamiento docente.
Esto conlleva a que los docentes del sistema educativo, en todos sus niveles y modalidades de la Pcia de Bs As, se impliquen en procesos de reflexión, exploren experiencias de narrativas pedagógicas y conformen equipos de trabajo, a través del asesoramiento continuo y participen en espacios de capacitación y perfeccionamiento docente.
Se trata, entonces de comprender que no debemos perder el horizonte que guía y fundamenta la educación que queremos y que la misma tendrá sentido si la pensamos y construimos colectivamente, considerando al niño como sujeto de derecho y eje del conjunto de las políticas y acciones educativas que realce los valores, conocimientos y saberes para su formación ciudadana y democrática; ya que los educadores tenemos la responsabilidad y el privilegio de formar a otros.
Para Uds.
educadores, los mejores senderos, los horizontes más claros y las utopías
posibles…
TRAYECTOS EDUCATIVOS.
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