miércoles, 9 de julio de 2014

LECCIÓN Nº 2



Hoy más que nunca, se tiende a revalorizar la centralidad de los  contenidos y la función educativa de la escuela. Ello incide en el enfoque de la planificación aúlica y en la forma de posicionamiento del docente a la hora de asumir su rol de enseñante. Tal es así, que el Jardín de Infantes es un lugar para la exploración, la experimentación y el descubrimiento que debe ofrecer al niño situaciones significativas de aprendizaje.


2.1. Planificación y Juego en el contexto escolar.

En primer lugar podemos hacer referencia a la planificación como una acción propia de todos los docentes, porque es inherente a su tarea, es decir, “…planificar es la acción consistente en utilizar un conjunto de procedimientos…, actividades y tareas, articuladas entre sí, que previstas anticipadamente tienen el propósito de alcanzar determinadas metas y objetivos, mediante el uso eficiente de medios y recursos escasos o limitados”[1]. La Planificación didáctica le permite al docente organizar el pensamiento y la acción, ordenar la tarea, establecer prioridades sobre aquello que va a enseñar, sobre la distribución del tiempo, el uso de los espacios, entre otros aspectos.

En palabras de Ruth Harf, podemos definir la planificación como el proceso mental que orienta la acción en una dirección determinada y que contempla los medios necesarios para alcanzar un fin. Planificar, entonces, es una anticipación. Debemos entenderla como un instrumento que permite la toma de decisiones, a partir del análisis y la intencionalidad pedagógica. En este “armado de propuestas” o “recorrido de enseñanza” que pueden ser ser modificadas y enriquecidas), el docente sera quien selecciona, jerarquiza y organiza los contenidos curriculares, teniendo en cuenta los saberes previos y las potencialidades de sus alumnos, para alcanzar los propósitos que se fijó al planificar su tarea.

Entonces, la planificación constituye una organización sistemática, un todo integrado cuyas partes o elementos se interrelacionan y guardan coherencia entre sí. Cada uno de los componentes adquiere sentido por su vinculación y relación con los otros, es decir, que un objetivo prevé un contenido, una actividad requiere determinada estrategia del docente y es pertinente para desarrollar un contenido de las distintas  áreas disciplinares.

Componentes de una planificación.

En el marco de la estructura didáctica seleccionada (Unidad Didáctica-Proyecto-Secuencia) la planificación didáctica permite entonces, encuadrar la tarea, posibilita la anticipación, la organización de las acciones y favorece la toma de decisiones para la enseñanza del juego en el Jardín de Infantes.


En este sentido, será importante que la actitud lúdica atraviese el conjunto de las actividades y las áreas de enseñanza en el jardín de infantes, sin por esto pensar que todo es juego en el nivel o que todo puede ser enseñado a través del  juego. A la hora de elaborar una planificación didáctica, es imprescindible otorgar un espacio importante al juego como área curricular y como eje de contenidos en las propuestas de enseñanza.
En éste sentido, creemos conveniente el planteo de los siguientes interrogantes: ¿Qué significa planificar un juego? ¿Cómo se planifica? ¿Todos los juegos pueden planificarse? ¿Qué se necesita anticipar en el diseño de actividades lúdicas y qué cosas pueden dejarse libradas al momento? Como modo de responder estas preguntas, vamos a precisar algunos aspectos que nos permitirá avanzar y analizar el juego en el contexto escolar.

 ¿Qué significa planificar un juego?

En primer término, significa darle un lugar en el diseño de las unidades didácticas, proyectos o itinerarios que están previstas para el grupo de niños de 3, 4 y 5 años. Esto es, “hacer visibles” los juegos que se van a enseñar y los modos de mediación que llevara a cabo el docente en cada caso. SI consideramos que en el marco de la acción didáctica del Jardín encontramos la posibilidad de dotar a la enseñanza de alegría, dinamismo y creatividad. Esta actitud lúdica, será imprescindible para estar con niños en ambientes que invitan a jugar, a enseñar y aprender. 

Planificar es  justamente esto; sistematizar, organizar, secuenciar, anticipar, dotar de significado las elecciones que el docente hace con las propuestas (a partir de actividades, contenidos y materiales disponibles). Como si también, la posibilidad de reflexionar sobre el impacto que tienen en los niños, analizarlas, evaluarlas y tomar nuevas decisiones que permitan ampliar la experiencia infantil. La planificación es una tarea que se renueva en cada momento y con cada grupo. Por lo tanto, no puede repetirse año tras año del mismo modo aún cuando ciertas propuestas, por su riqueza y valor, para los niños formen parte de aquellas cosas que “siempre se hacen en el Jardín de Infantes”.


 El Juego en el contexto escolar.

El juego planteado en el ámbito escolar es diferente del juego libre o espontáneo que puede desarrollarse en otros lugares. La propuesta lúdica que elabora el docente facilita que el niño pueda apropiarse de saberes y conocimientos;  es planificada y tiene intencionalidad pedagógica. En este sentido, afirmamos que las salas como contexto de juego propicia el aprendizaje y el desarrollo, dado que genera entre pares y adultos, una relación intersubjetiva que favorece procesos de comunicaciónreflexión  y  construcción de conocimientos significativos.


2.2. Tipos de Juego.

Cuando pensamos en el juego como medio para enseñar contenidos o sostener la atención del niño no siempre estamos imaginando enseñar juegos que “apasionen” y que inviten a los niños a repetirlos, juegos en los que el dominio de la situación no esté en el maestro sino en los jugadores, juegos en los que se pueda disponer y elegir, distraerse o simplemente volar la imaginación. Estos juegos son los que vale traer al Jardín. Elegirlos supone mirar no solo el contenido sino también el “valor” del juego en sí.


 Según el desarrollo curricular del Nivel de educación Inicial  el Juego es:
“Una invitación a la recreación y la combinación de todos ellos…es mirar no solo el contenido sino también el “valor” de  cada juego en sí “.

Aún cuando existen múltiples clasificaciones de juego, en el Jardín de infantes aparecen fundamentalmente tres modos de jugar: Son los juegos que involucran las posibilidades simbólicas de los niños, juegos con objetos y juegos con reglas convencionales. Tradicionalmente, los diferentes sectores de juego (dramatizaciones, construcciones, juegos tranquilos o madurez viso-motriz) que se proponen en la sala, responden a ésta clasificación. 


                                                           Formatos de Juego.

Juego dramático.

Los niños reproducen en sus juegos la realidad social que los circunda dando lugar a la simbolización y a la creatividad. Se distinguen:
• Juegos con base simbólica en los “tiempos libres” (ejemplo, jugar a los super-héroes).
• Juegos dramáticos en pequeños grupos, o sectores, juego trabajo o trabajo juego (“La panadería”).
• Juegos con escenarios o juguetes; juegos a partir de maquetas, jugar a la granja, con autos y pistas, etc.• Dramatizaciones de fragmentos de cuentos (más cercanas al juego teatral).




Juegos de construcción.

Las acciones del niño se ven orientadas por metas precisas que él mismo establece, que va dando paso a construcciones cada vez más sofisticadas. Estos juegos facilitan según (Sarle y Rosas, 2005):
• Aprendizajes de aspectos vinculados a las ciencias físicas (equilibrio, volumen, peso, medida, etc.
• La disposición armónica de las piezas y su vinculación con la escultura y la tridimensional.
• La interacción verbal en el transcurso del juego
• La anticipación de metas.



Juegos convencionales.

Se caracteriza por la presencia de reglas externas e instrucciones predeterminadas que diferencian un juego de otro.
Algunos juegos, se utilizan como estrategia metodológica para enseñar contenidos de otras áreas (por ejemplo, “la lotería” para la enseñanza de los números). Suele suceder que el niño se apropie de la estructura de estos juegos, que conozca las reglas y "las juegue una y otra vez”.


Juegos tradicionales.

Poseen reglas externas que se van trasmitiendo de una generación a otra, existiendo la posibilidad de su modificación en ese pasaje.
Considerar al juego como parte del patrimonio cultural y social permite pensar estrategias para facilitar su transmisión generacional e inter-generacional y fortalecer el vínculo con las familias en un clima de recreación y alegría.




                                

En el nivel inicial, el juego asume un papel fundamental en función de los contenidos curriculares y de los propósitos para la enseñanza en cada sección. En este sentido, la mayoría de los proyectos y secuencias didácticas se basan en incorporar componentes lúdicos para ser trabajadas con los niños. Se trata de llevar a cabo una tarea que requiere conjugar lo lúdico, la enseñanza y el aprendizaje, tema que nos ocuparemos en la lección siguiente.

2.3. El Juego y los Contenidos Curriculares.

Podemos introducir el tema, afirmando que los contenidos son el “motor” de la enseñanza y el juego es el “sustento” de los aprendizajes. Ello significa reconocer que la enseñanza implica la presencia de conocimientos que debe enseñar la escuela y el juego es la “razón de ser” para que se construya el aprendizaje y se convierte en la base fundamental, de las decisiones didácticas. 
En esta dirección, la enseñanza de contenidos sitúa al docente en el lugar de profesional de la educación y revitaliza su rol, cuando es capaz de seleccionar propuestas más ricas y buscar nuevas modalidades para organizar la enseñanza del juego en la planificación.

La novedad que plantea la Ley Nacional de Educación, creemos, está en el hecho de otorgar al juego un nuevo estatus: Un contenido de valor cultural a enseñar. En éste sentido, el Jardín de Infantes asume no solo que se enseña por medio del juego sino también, reconoce su responsabilidad a la hora de enriquecer la experiencia de los niños, aportando ideas, temas y problemas a resolver sobre los cuales jugar. Desde esta perspectiva, cada tipo de juego requiere atender diferentes aspectos, a partir de los cuales los niños puedan apropiarse de los saberes significativos y logren desarrollarse con mayor autonomía.

No es lo mismo anticipar un juego en el patio, como una actividad cotidiana que, planificar la enseñanza de una ronda tradicional como una propuesta alternativa para el momento del patio. En el primer caso, bastará con prever el tiempo y la presencia o no de objetos (aparatos, pelotas, muñecos, etc.) que acompañen el juego y en el segundo, elegir la ronda (una ronda, varias rondas diferentes) definir con cuántos niños se jugará y en qué momento se propondrá, etc. Cuando el juego es un medio para enseñar un contenido (por ej. Un juego de mesa para enseñar un contenido del área de Matemática) requiere planificar la intervención tanto en torno al contenido en cuestión como al juego que lo soporta. En éste caso, el concepto de formato puede ser un aliado interesante.

Mirándolo desde el punto de vista del juego, los niños necesitan aprender ese contenido para poder jugar. ¿Cómo recorrer un tablero si no se reconocen los números de los dados y no se puede llevar ese número al conteo de casillas para avanzar? ¿Qué se necesita anticipar en el diseño de actividades lúdicas y que cosas pueden dejarse libradas al azar? Este punto probablemente es el más complejo de responder dado que cada tipo de juego requiere una planificación específica. Sin embargo, podemos considerar tres aspectos comunes en todos los formatos de juego.

  • El tipo de juego y la edad de los niños.
  • Las adaptaciones que requiere el contexto de presentación del juego.
  • La modalidad de mediación para cada tipo de juego.

Estos tres aspectos definen la toma de decisiones en el diseño y la planificación del juego. Con respecto a los dos primeros, cada tipo de juego tiene un modo de ser jugado. En éste modo confluyen las características propias del juego, la edad de los niños, su experiencia previa y el contexto en el que se produce el juego. Nos dedicaremos a éste punto cuando desarrollemos cada juego en particular, especialmente tomando como eje al juego dramático, el juego con objetos (construcciones) juegos con regles convencionales y juegos tradicionales.

En cuanto a la modalidad de mediación, que también se analizará a medida que avancemos, el docente no solo necesita conocer el juego, saber jugarlo y presentarlo;  sino también debe considerar el peso que tiene su propia experiencia como jugador. Así como no se puede enseñar lo que no se sabe, no se puede enseñar a jugar sino se juega o no se tiene una actitud “lúdica” en torno a la propuesta que se hace.

En el Jardín de Infantes, la propuesta pedagógica para la enseñanza del juego en sus diferentes formatos reconoce en su estructura a los contenidos curriculares y a las estrategias didácticas que el docente deberá desplegar en sus intervenciones durante el desarrollo de los juegos. La organización de los contenidos que plantea el diseño curricular se presenta organizada en cuatro ejes:

La Organización de los Contenidos Curriculares del Juego.

Juego
dramático
Juego de construcción
Juegos convencionales
   Juegos            tradicionales

• Asunción de diferentes roles y funciones.


• Anticipación de las escenas a dramatizar, de los materiales y del espacio.

• Interés por el conocimiento del mundo social.

• Desarrollo de la creatividad y la imaginación.


• Exploración de materiales y construcción de estructuras en el espacio.

• Organización del espacio de juego.


• Actitud solidaria y posibilidad para  pedir ayuda. 

 • Variación en la elección de juegos. 

• Conocimiento de las reglas de juego.                      

• Confianza en la  posibilidad de  resolución y  elaboración de  conflictos.

• Respeto por las  reglas de juego.


 • Aceptación y construcción de   reglas de juego,  pautas y límites.


  • Interacción    social con pares y  adultos.


 • Integración al    grupo de pares.


 • Expresión de    necesidades,  sentimientos y  emociones.


 • Recreación de  las reglas a partir  de la apropiación  de las mismas.

2.4. Intervención docente en la enseñanza del juego.

Es fundamental entender que no hay una única forma de enseñar sino múltiples posibilidades en función de los propósitos que se quieren alcanzar, los saberes previos y las necesidades de los niños, entre otros. Ello se vincula con la intencionalidad pedagógica y las estrategias didácticas que realizará el docente durante la enseñanza del juego.

La palabra intervención ha sido muy cuestionada en educación. Sin embargo, en el marco de la legislación vigente, se la entiende en el curriculum como “los modos y las estrategias” del docente para promover, complejizar y enriquecer el juego de los niños. Una estrategia, entonces, no es buena o mala aislada del contexto en la que se plasma, sino adecuada o inadecuada, en relación con la situación y aquello que se está trabajando.

Se refiere específicamente a los modos de organizar y concretar las propuestas en función de las diferentes acciones y modalidades de la enseñanza. Pensamos en educadores que organicen una diversidad creativa de tareas y puedan llevar a cabo sus intervenciones y mediaciones de manera complementaria. Para ello, será necesario que el docente considere los siguientes aspectos:

  • No coartar o direccionar demasiado el juego.
  • Evitar la falta de intervención.       
  • Caer en el exceso de intervención con la intención de orientar y enseñar.
  • Interferir e interrumpir el desarrollo del juego.
En la enseñanza del juego el inicio del mismo es clave para proponer un momento lúdico que posibilite su puesta en marcha. Para ello, el docente deberá lograr que el niño se interese y participe para poder disfrutar de la actividad. En muchos casos será necesaria una breve demostración para que los participantes se apropien y comprendan los roles, el espacio, las reglas, etc. Al comenzar el juego será conveniente evitar la interrupción del mensaje. 
En este camino será importante que los participantes hayan comprendido las reglas y consignas principales en cada propuesta de juego. A lo largo de su despliegue, el docente deberá motivar la participación de los niños, estimular la creatividad y guiar el desarrollo de las actividades. Luego del juego, el docente puede realizar un cierre acerca de las actitudes y vivencias de los niños. Esto le permitirá articular las experiencias y reflexionar de manera conjunta.

Por último, es valioso que el grupo de niños tenga la oportunidad de elaborar un nuevo juego en base al anterior y que el docente haga flexible los roles asumidos; ya que la confianza grupal es vital para fortalecer los vínculos y la socialización del grupo. Ello alude a la buena predisposición del docente, para observar aquello que los niños necesiten y a la espera de lo que ellos soliciten. El “estar disponible” refiere tanto a una actitud corporal  como emocional que permita al docente; intervenir, acompañar el clima de juego y pueda atender cuando decae el interés de los niños y guiar el cierre de la actividad lúdica.

El docente tiene un papel facilitador, de apoyo y de contención. En cualquier espacio donde se despliegue el juego, será importante que el docente logre observar y registrar los juegos de sus alumnos. Ésta actividad sistemática le permitirá conocer más a los niños, sus intereses y de ésta manera orientar sus intervenciones y enriquecer las estrategias didácticas tendientes a favorecer el desarrollo cognitivo durante los primeros años.


El rol docente en el despliegue del juego.


Recapitulando…

Dentro de éste marco el maestro como parte de un equipo de trabajo, ocupa un lugar preponderante en el diseño de la planificación didáctica e institucional. Cada tarea asumida con responsabilidad en su quehacer profesional, promueve en los niños y niñas más y mejores aprendizajes, en el jardín de infantes. Es por ello que, hacemos hincapié, en el uso de diversos modos y estrategias didácticas para imprimir a la enseñanza del juego ciertas características que solo tienen lugar; cuando hay un docente que orienta y favorece el desarrollo del juego como un proceso formativo en la trayectoria escolar del niño.

Realice los siguientes EJERCICIOS LECCIÓN 2 que permitirá resignificar su práctica educativa. Las actividades tienen una puntuación total: 50 y un alcance mínimo 20 puntos. Para ello deberán volver a inicio y hacer clik en el ícono (mes julio). Luego, avance con la lectura y análisis del Módulo 3.

[1] Ander Egg, Ezequiel. Citado en La Planificación Didáctica1º Ed. Puerto Creativo. 2010.
2 Diseño Curricular para la Educación Inicial. Marco General. 2010.

3 Diseño Curricular para la Educación Inicial. Marco General. Op. Cit (pág.119).

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