Hoy más que nunca, se tiende a revalorizar la centralidad de los contenidos y la función educativa de la escuela. Ello incide en el enfoque de la planificación aúlica y en la forma de posicionamiento del docente a la hora de asumir su rol de enseñante. Tal es así, que el Jardín de Infantes es un lugar para la exploración, la experimentación y el descubrimiento que debe ofrecer al niño situaciones significativas de aprendizaje.
2.1.
Planificación y Juego en el contexto escolar.
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En primer
lugar podemos hacer referencia a la planificación como una acción propia de
todos los docentes, porque es inherente a su tarea, es decir, “…planificar
es la acción consistente en utilizar un conjunto de procedimientos…,
actividades y tareas, articuladas entre sí, que previstas anticipadamente
tienen el propósito de alcanzar determinadas metas y objetivos, mediante el uso
eficiente de medios y recursos escasos o limitados”[1]. La Planificación didáctica le permite al docente organizar el pensamiento y la
acción, ordenar la tarea, establecer
prioridades sobre aquello que va a enseñar, sobre la
distribución del tiempo, el uso de los espacios, entre otros aspectos.
En palabras
de Ruth Harf, podemos definir la planificación como el proceso
mental que orienta la acción en una dirección determinada y que contempla los
medios necesarios para alcanzar un fin. Planificar, entonces, es una
anticipación. Debemos entenderla como un instrumento que permite la toma de decisiones, a partir del análisis y la intencionalidad pedagógica. En este “armado de
propuestas” o “recorrido de enseñanza” que pueden ser ser modificadas y
enriquecidas), el docente sera quien selecciona, jerarquiza y
organiza los contenidos curriculares, teniendo en cuenta los saberes previos y las potencialidades de sus alumnos, para
alcanzar los propósitos que se fijó al planificar su tarea.
Entonces, la planificación constituye una organización sistemática,
un todo integrado cuyas partes o elementos se interrelacionan y guardan
coherencia entre sí. Cada uno de los componentes adquiere sentido por su
vinculación y relación con los otros, es decir, que un objetivo prevé un
contenido, una actividad requiere determinada estrategia del docente y es
pertinente para desarrollar un contenido de las distintas áreas disciplinares.
Componentes
de una planificación.
En el marco de la estructura didáctica seleccionada (Unidad
Didáctica-Proyecto-Secuencia) la planificación didáctica permite entonces,
encuadrar la tarea, posibilita la anticipación, la organización de las acciones
y favorece la toma de decisiones para la enseñanza del juego en el Jardín de
Infantes.
En este
sentido, será importante que la actitud lúdica atraviese el conjunto de las
actividades y las áreas de enseñanza en el jardín de infantes, sin por esto
pensar que todo es juego en el nivel o que todo puede ser
enseñado a través del juego. A la hora de elaborar una
planificación didáctica, es imprescindible otorgar un espacio importante al juego
como área curricular y como eje de contenidos en las propuestas de enseñanza.
En éste
sentido, creemos conveniente el planteo de los siguientes interrogantes: ¿Qué
significa planificar un juego? ¿Cómo se planifica? ¿Todos los juegos pueden
planificarse? ¿Qué se necesita anticipar en el diseño de actividades lúdicas y
qué cosas pueden dejarse libradas al momento? Como modo de responder estas
preguntas, vamos a precisar algunos aspectos que nos permitirá avanzar y
analizar el juego en el contexto escolar.
¿Qué significa planificar un juego?
En primer
término, significa darle un lugar en el diseño de las unidades didácticas, proyectos o
itinerarios que están previstas para el grupo de niños de 3, 4 y 5 años. Esto es, “hacer visibles” los juegos que se van a enseñar y los modos de
mediación que llevara a cabo el docente en cada caso. SI consideramos que en el marco de la acción didáctica del Jardín encontramos la posibilidad de dotar a la enseñanza de
alegría, dinamismo y creatividad. Esta actitud lúdica, será imprescindible para estar con niños en ambientes que invitan a jugar, a enseñar y aprender.
Planificar es justamente esto; sistematizar, organizar, secuenciar, anticipar, dotar de significado las elecciones que el docente hace con las propuestas (a partir de actividades, contenidos y materiales disponibles). Como si también, la posibilidad de reflexionar sobre el impacto que tienen en los niños, analizarlas, evaluarlas y tomar nuevas decisiones que permitan ampliar la experiencia infantil. La planificación es una tarea que se renueva en cada momento y con cada grupo. Por lo tanto, no puede repetirse año tras año del mismo modo aún cuando ciertas propuestas, por su riqueza y valor, para los niños formen parte de aquellas cosas que “siempre se hacen en el Jardín de Infantes”.
Planificar es justamente esto; sistematizar, organizar, secuenciar, anticipar, dotar de significado las elecciones que el docente hace con las propuestas (a partir de actividades, contenidos y materiales disponibles). Como si también, la posibilidad de reflexionar sobre el impacto que tienen en los niños, analizarlas, evaluarlas y tomar nuevas decisiones que permitan ampliar la experiencia infantil. La planificación es una tarea que se renueva en cada momento y con cada grupo. Por lo tanto, no puede repetirse año tras año del mismo modo aún cuando ciertas propuestas, por su riqueza y valor, para los niños formen parte de aquellas cosas que “siempre se hacen en el Jardín de Infantes”.
El
Juego en el contexto escolar.
El juego
planteado en el ámbito escolar es diferente del juego libre o espontáneo que
puede desarrollarse en otros lugares. La propuesta lúdica que elabora el
docente facilita que el niño pueda apropiarse de saberes y conocimientos; es planificada y tiene intencionalidad pedagógica. En este sentido, afirmamos que las salas como contexto de juego propicia el
aprendizaje y el desarrollo, dado que genera entre pares y adultos, una relación intersubjetiva que
favorece procesos de comunicación, reflexión y construcción de conocimientos significativos.
2.2.
Tipos de Juego.
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Cuando
pensamos en el juego como medio para enseñar contenidos o sostener la atención
del niño no siempre estamos imaginando enseñar juegos que “apasionen” y que inviten a los niños a repetirlos, juegos en
los que el dominio de la situación no esté en el maestro sino en los jugadores,
juegos en los que se pueda disponer y elegir, distraerse o simplemente volar la
imaginación. Estos juegos son los que vale traer al Jardín. Elegirlos supone
mirar no solo el contenido sino también el “valor” del juego en sí.
Según el
desarrollo curricular del Nivel de educación Inicial el Juego es:
“Una invitación a la
recreación y la combinación de todos ellos…es mirar no solo el contenido sino
también el “valor” de cada juego en sí “.
Aún cuando
existen múltiples clasificaciones de juego, en el Jardín de infantes aparecen fundamentalmente tres modos de jugar: Son los juegos que involucran las
posibilidades simbólicas de los niños, juegos con objetos y juegos con reglas convencionales. Tradicionalmente, los diferentes sectores de juego (dramatizaciones, construcciones, juegos tranquilos o madurez viso-motriz) que se proponen en
la sala, responden a ésta clasificación.
Formatos de Juego.
Juego dramático.
Los niños reproducen en sus juegos la realidad social
que los circunda dando lugar a la simbolización y a la creatividad. Se
distinguen:
• Juegos con base simbólica en los “tiempos libres”
(ejemplo, jugar a los super-héroes).
• Juegos dramáticos en pequeños grupos, o sectores,
juego trabajo o trabajo juego (“La panadería”).
• Juegos con escenarios o juguetes; juegos a partir de
maquetas, jugar a la granja, con autos y pistas, etc.• Dramatizaciones de fragmentos de cuentos (más cercanas al juego teatral).
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Juegos de construcción.
Las acciones del niño se ven orientadas por metas
precisas que él mismo establece, que va dando paso a construcciones cada vez
más sofisticadas. Estos juegos facilitan según (Sarle y Rosas, 2005):
• Aprendizajes de aspectos vinculados a las ciencias físicas
(equilibrio, volumen, peso, medida, etc.
• La disposición armónica de las piezas y su
vinculación con la escultura y la tridimensional.
• La interacción verbal en el transcurso del juego
• La anticipación de metas.
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Juegos convencionales.
Se caracteriza por la presencia de reglas externas e
instrucciones predeterminadas que diferencian un juego de otro.
Algunos juegos, se utilizan como estrategia
metodológica para enseñar contenidos de otras áreas (por ejemplo, “la
lotería” para la enseñanza de los números). Suele suceder que el niño se
apropie de la estructura de estos juegos, que conozca las reglas y "las juegue una y otra vez”.
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Juegos tradicionales.
Poseen reglas externas que se van trasmitiendo de una
generación a otra, existiendo la posibilidad de su modificación en ese
pasaje.
Considerar al juego como parte del patrimonio cultural
y social permite pensar estrategias para facilitar su transmisión
generacional e inter-generacional y fortalecer el vínculo con las familias en
un clima de recreación y alegría.
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En el nivel
inicial, el juego asume un papel fundamental en función de los contenidos curriculares y de los propósitos para la enseñanza en cada sección. En este sentido, la mayoría de los proyectos y secuencias didácticas se basan en incorporar componentes lúdicos para ser trabajadas con los niños. Se trata de llevar a cabo una tarea que requiere conjugar lo lúdico, la enseñanza y el
aprendizaje, tema que nos ocuparemos en la lección siguiente.
2.3. El
Juego y los Contenidos Curriculares.
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Podemos introducir el
tema, afirmando que los contenidos son el “motor” de la enseñanza y el juego es
el “sustento” de los aprendizajes. Ello significa reconocer que la enseñanza
implica la presencia de conocimientos que debe enseñar la escuela y el juego es la “razón
de ser” para que se construya el aprendizaje y se convierte en la base fundamental, de las decisiones didácticas.
En esta dirección, la enseñanza de contenidos sitúa al docente en el lugar de profesional de la educación y revitaliza su rol, cuando es capaz de seleccionar propuestas más ricas y buscar nuevas modalidades para organizar la enseñanza del juego en la planificación.
En esta dirección, la enseñanza de contenidos sitúa al docente en el lugar de profesional de la educación y revitaliza su rol, cuando es capaz de seleccionar propuestas más ricas y buscar nuevas modalidades para organizar la enseñanza del juego en la planificación.
La novedad
que plantea la Ley Nacional de Educación, creemos, está en el hecho de otorgar al juego un nuevo
estatus: Un contenido de valor cultural a enseñar. En éste sentido, el Jardín
de Infantes asume no solo que se enseña por medio del juego sino también,
reconoce su responsabilidad a la hora de enriquecer la experiencia de los
niños, aportando ideas, temas y problemas a resolver sobre los cuales jugar. Desde esta perspectiva, cada tipo de juego requiere atender diferentes aspectos, a partir de los cuales los niños puedan apropiarse de los saberes significativos y logren desarrollarse con mayor autonomía.
No es lo mismo anticipar un juego en el patio, como una actividad cotidiana que, planificar la enseñanza de una ronda tradicional como una propuesta alternativa para el momento del patio. En el primer caso, bastará con prever el tiempo y la presencia o no de objetos (aparatos, pelotas, muñecos, etc.) que acompañen el juego y en el segundo, elegir la ronda (una ronda, varias rondas diferentes) definir con cuántos niños se jugará y en qué momento se propondrá, etc. Cuando el juego es un medio para enseñar un contenido (por ej. Un juego de mesa para enseñar un contenido del área de Matemática) requiere planificar la intervención tanto en torno al contenido en cuestión como al juego que lo soporta. En éste caso, el concepto de formato puede ser un aliado interesante.
Mirándolo desde el punto de vista del juego, los niños necesitan aprender ese contenido para poder jugar. ¿Cómo recorrer un tablero si no se reconocen los números de los dados y no se puede llevar ese número al conteo de casillas para avanzar? ¿Qué se necesita anticipar en el diseño de actividades lúdicas y que cosas pueden dejarse libradas al azar? Este punto probablemente es el más complejo de responder dado que cada tipo de juego requiere una planificación específica. Sin embargo, podemos considerar tres aspectos comunes en todos los formatos de juego.
No es lo mismo anticipar un juego en el patio, como una actividad cotidiana que, planificar la enseñanza de una ronda tradicional como una propuesta alternativa para el momento del patio. En el primer caso, bastará con prever el tiempo y la presencia o no de objetos (aparatos, pelotas, muñecos, etc.) que acompañen el juego y en el segundo, elegir la ronda (una ronda, varias rondas diferentes) definir con cuántos niños se jugará y en qué momento se propondrá, etc. Cuando el juego es un medio para enseñar un contenido (por ej. Un juego de mesa para enseñar un contenido del área de Matemática) requiere planificar la intervención tanto en torno al contenido en cuestión como al juego que lo soporta. En éste caso, el concepto de formato puede ser un aliado interesante.
Mirándolo desde el punto de vista del juego, los niños necesitan aprender ese contenido para poder jugar. ¿Cómo recorrer un tablero si no se reconocen los números de los dados y no se puede llevar ese número al conteo de casillas para avanzar? ¿Qué se necesita anticipar en el diseño de actividades lúdicas y que cosas pueden dejarse libradas al azar? Este punto probablemente es el más complejo de responder dado que cada tipo de juego requiere una planificación específica. Sin embargo, podemos considerar tres aspectos comunes en todos los formatos de juego.
- El tipo de juego y la edad de los niños.
- Las adaptaciones que requiere el contexto de
presentación del juego.
- La modalidad de mediación para cada tipo de juego.
Estos tres aspectos definen la toma de decisiones en el diseño y la planificación del juego. Con respecto a los dos primeros, cada tipo de juego tiene un modo de ser jugado. En éste modo confluyen las características propias del juego, la edad de los niños, su experiencia previa y el contexto en el que se produce el juego. Nos dedicaremos a éste punto cuando desarrollemos cada juego en particular, especialmente tomando como eje al juego dramático, el juego con objetos (construcciones) juegos con regles convencionales y juegos tradicionales.
En cuanto a
la modalidad de mediación, que también se analizará a medida que avancemos, el
docente no solo necesita conocer el juego, saber jugarlo y presentarlo; sino también debe considerar el peso que tiene su
propia experiencia como jugador. Así como no se puede enseñar lo que no se
sabe, no se puede enseñar a jugar sino se juega o no se tiene una actitud
“lúdica” en torno a la propuesta que se hace.
En el Jardín
de Infantes, la propuesta pedagógica para la enseñanza del
juego en sus diferentes formatos reconoce en su estructura a los contenidos curriculares
y a las estrategias didácticas que el docente deberá desplegar en sus intervenciones durante el desarrollo de los juegos. La organización de los
contenidos que plantea el diseño curricular se presenta organizada en cuatro
ejes:
La Organización
de los Contenidos Curriculares del Juego.
Juego
dramático
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Juego
de construcción
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Juegos convencionales
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Juegos tradicionales
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• Asunción de diferentes roles y funciones.
• Anticipación de las escenas a dramatizar, de los
materiales y del espacio.
• Interés por el conocimiento del mundo social.
• Desarrollo de la creatividad y la imaginación.
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• Exploración de materiales y construcción de estructuras en el espacio.
• Organización del espacio de juego.
• Actitud solidaria y posibilidad para pedir ayuda. • Variación en la elección de juegos. |
• Conocimiento de las reglas de juego.
• Confianza en la posibilidad de resolución y elaboración de conflictos.
• Respeto por las reglas de juego.
• Aceptación y construcción de reglas de juego, pautas y límites. |
• Interacción social con pares y adultos.
• Integración al grupo de pares.
• Expresión de necesidades, sentimientos y emociones. • Recreación de las reglas a partir de la apropiación de las mismas. |
2.4.
Intervención docente en la enseñanza del juego.
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Es fundamental entender
que no hay una única forma de enseñar sino múltiples posibilidades en función
de los propósitos que se quieren alcanzar, los saberes
previos y las necesidades de los niños, entre otros. Ello se vincula con la intencionalidad pedagógica y las estrategias didácticas que realizará el docente durante la enseñanza del juego.
La palabra
intervención ha sido muy cuestionada en educación. Sin embargo, en el marco de
la legislación vigente, se la entiende en el curriculum como “los modos y las
estrategias” del docente para promover, complejizar y enriquecer
el juego de los niños. Una estrategia, entonces, no es buena o mala aislada del
contexto en la que se plasma, sino adecuada o inadecuada, en relación con la
situación y aquello que se está trabajando.
Se refiere específicamente a
los modos de organizar y concretar las propuestas en función de las diferentes acciones y modalidades de la enseñanza. Pensamos
en educadores que organicen una diversidad creativa de tareas y puedan llevar a cabo sus intervenciones y mediaciones de manera complementaria. Para ello, será necesario que el
docente considere los siguientes aspectos:
- No coartar o direccionar demasiado el juego.
- Evitar la falta de intervención.
- Caer en el exceso de intervención con la
intención de orientar y enseñar.
- Interferir e interrumpir el desarrollo del juego.
En la enseñanza del juego
el inicio del mismo es clave para proponer un
momento lúdico que posibilite su puesta en marcha. Para ello, el docente deberá lograr que el niño se interese y participe para poder disfrutar de la actividad. En muchos casos será necesaria
una breve demostración para que los participantes se apropien y
comprendan los roles, el espacio, las reglas, etc. Al comenzar el juego será conveniente evitar la interrupción del mensaje.
En este camino será importante que los participantes hayan comprendido las reglas y consignas principales en cada propuesta de juego. A lo largo de su despliegue, el docente deberá motivar la participación de los niños, estimular la creatividad y guiar el desarrollo de las actividades. Luego del juego, el docente puede realizar un cierre acerca de las actitudes y vivencias de los niños. Esto le permitirá articular las experiencias y reflexionar de manera conjunta.
En este camino será importante que los participantes hayan comprendido las reglas y consignas principales en cada propuesta de juego. A lo largo de su despliegue, el docente deberá motivar la participación de los niños, estimular la creatividad y guiar el desarrollo de las actividades. Luego del juego, el docente puede realizar un cierre acerca de las actitudes y vivencias de los niños. Esto le permitirá articular las experiencias y reflexionar de manera conjunta.
Por último,
es valioso que el grupo de niños tenga la oportunidad de elaborar un nuevo
juego en base al anterior y que el docente haga flexible los roles
asumidos; ya que la confianza grupal es vital para fortalecer los vínculos y la socialización del grupo. Ello alude a la buena predisposición del docente, para observar aquello que los niños necesiten y a la espera de lo que ellos soliciten. El “estar disponible”
refiere tanto a una actitud corporal como emocional que
permita al docente; intervenir, acompañar el
clima de juego y pueda atender cuando decae el interés de los niños y guiar el cierre de la actividad lúdica.
El docente
tiene un papel facilitador, de apoyo y de contención. En cualquier espacio
donde se despliegue el juego, será importante que el docente logre observar y
registrar los juegos de sus alumnos. Ésta actividad sistemática le permitirá
conocer más a los niños, sus intereses y de ésta manera orientar sus
intervenciones y enriquecer las estrategias didácticas tendientes a favorecer
el desarrollo cognitivo durante los primeros años.
El rol
docente en el despliegue del juego.
Recapitulando…
Dentro de
éste marco el maestro como parte de un equipo de trabajo, ocupa un lugar preponderante en el diseño de la planificación didáctica e institucional. Cada tarea asumida con responsabilidad en su quehacer profesional, promueve en los niños y
niñas más y mejores aprendizajes, en el jardín de infantes. Es por ello que, hacemos hincapié, en el uso de diversos modos y estrategias didácticas para imprimir a la enseñanza del juego ciertas características que solo tienen lugar; cuando hay un docente que orienta y favorece el desarrollo del juego como un proceso formativo en la trayectoria escolar del niño.
Realice los siguientes EJERCICIOS LECCIÓN 2 que permitirá resignificar su práctica educativa. Las actividades tienen
una puntuación total: 50 y un alcance mínimo 20 puntos. Para ello deberán volver a inicio y hacer
clik en el ícono (mes julio). Luego, avance con la lectura y análisis
del Módulo 3.
[1] Ander
Egg, Ezequiel. Citado en La Planificación Didáctica1º Ed. Puerto Creativo.
2010.
2 Diseño
Curricular para la Educación Inicial. Marco General. 2010.
3 Diseño
Curricular para la Educación Inicial. Marco General. Op. Cit (pág.119).
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